¿Qué debo saber para ser asertivo?
Últimamente se habla mucho de la palabra asertividad. Es la capacidad de saber decir que no sin dañar al otro. Para ello hay diferentes habilidades que puedes aprender y que te serán muy útiles para mostrarte firme aunque interiormente sientas que no eres tan capaz como te muestras.
1º Para ser asertivo tienes que tener en cuenta al otro.
Lo primero que debes saber es que en el proceso de la comunicación hay un receptor al que queremos transmitir un mensaje, por ello es básico tenerlo en cuenta cuando quieras mostrarte asertivo.
Un truco sencillo es recoger su sentimiento en la frase que queremos transmitir. Por ejemplo, “entiendo que esto es difícil para ti pero me es imposible ayudarte…”.
2º Ten en cuenta tu comunicación no verbal.
Una gran parte del mensaje lo transmitimos con nuestro cuerpo. De hecho, nos fiamos más de la información que captamos de la comunicación no verbal que de lo que escuchamos. Por ejemplo, si alguien nos comenta que está contento pero nos lo dice llorando, no le creeremos.
De ahí que es importante modular nuestro tono y tratar de tener en la medida de lo posible una postura firme que transmita seguridad. Un truco es tener claro que nadie puede leer dentro de nosotros lo que pensamos o sentimos aunque creamos que van a percibir que estamos sonrojados o temerosos.
3º Prioriza el mensaje que quieres transmitir.
Es importante tener claro el mensaje que queremos transmitir, ya que en muchas ocasiones nos perdemos en un mensaje farragoso que no habla más que de nuestras inseguridades y que nos hace vernos como menos firmes ante los demás.
Así que te aconsejo que intentes centrar aquello que quieres comunicar en unas pocas palabras tratando de evitar las justificaciones y los argumentos de por qué decides ser asertivo en determinada cuestión.
4º Qué debes conocer de ti mismo para ser asertivo.
Seguro que muchas veces te has planteado ser asertivo, sin embargo, teniendo claro tu deseo, a la hora de la verdad algo que escapa a tu control, te ha impedido llevarlo a cabo. Me refiero a la necesidades internas que nos rigen y que por lo primarias que son terminan dominándonos.
Ser asertivo es distinto a tener conflictos.
En ocasiones, por nuestra historia de pasado o nuestras experiencias vitales hemos interiozado que mostrarnos firmes es un acto de agresión al otro y que por tanto terminará en un conflicto abierto:
- Las personalidades más obsesivas (con tendencia a rumiar pensamientos) creen que se descontrolarán si se muestran asertivos porque viven en el mundo de la contención y el control constantes. De ahí que evitan los conflictos para proteger al otro de “una catástrofe”.
- Las personalidades más fóbicas (que evitan tomar iniciativas) creen que el otro les va a agredir o dañar de alguna manera y no se ven capaces de aguantar el envite.
Por ello es importante tener en cuenta que ya no eres un niño sin recursos, y que tu yo adulto ni es tan débil que no va a poder pararse a la hora del conflicto, ni va a destruirse ante las críticas del otro.
Ser asertivo es distinto a ser egoísta.
Se ha relacionado la bondad con cumplir los deseos de los demás. Especialmente las mujeres en la mayoría de las culturas, han aprendido que son más merecedoras de ser amadas en cuanto cumplan los deseos del otro, olvidándose de sí mismas y negando sus propias necesidades internas. Por ello, cuando una mujer decide conocerse y tenerse en cuenta a la hora de mostrarse asertiva se ve como mala o egoísta. Pasa especialmente con las cuidadoras.
De ahí que es importante realizar una reflexión, identificar las propias necesidades y deseos e interiorizar que somos merecedores de ser amados por lo que somos y no por lo que hacemos. Éste es un derecho de nacimiento.
Ser asertivo no implica que el otro te rechace.
Otra de las necesidades que pueden impedirte mostrarte como asertivo y que se relaciona con la anterior, es la búsqueda de aprobación. Deseamos que el otro nos valore y nos acepte por lo que el dar una negativa genera sentimientos contrapuestos. Por un lado, queremos el respeto del otro y de nosotros mismos, pero por otro lado queremos que el otro “nos acepte” y “nos apruebe” por lo que se teme el enfado del otro y su rechazo.
Se supera esta dificultad identificando formas de cubrir nuestras necesidades en situaciones que no dependan de anular los propios deseos e ir en contra de uno mismo.
5º Ten en cuenta tu entorno para ser asertivo.
Es básico tener en cuenta el contexto en el que estamos mostrándonos firmes. Si elegimos un momento en el que el otro no nos va a escuchar porque su estado de ánimo está alterado o le dejas en evidencia delante de un tercero, la probabilidad de que sienta tu frase asertiva desde la intención de no dañarle va a ser menor.
Es distinto si quieres mostrarte asertivo delante de otras personas porque tu intención es dejar claro un mensaje a otros.
Si eres asertivo mejorará tu imagen ante ti y ante el otro.
El no dañar al otro es difícil cuando le dices algo que no va acorde a sus deseos, sin embargo, si tú intención es la de no dañar y te muestras asertivo, te mostrarás como capaz y tratarás al otro como capaz. Transmitirás una imagen de respeto hacia ti mismo y hacia el otro.
Aunque inicialmente al otro le cueste aceptar tus límites pasado el confronto inicial, mejorará la imagen que tiene de ti y le enseñarás que el respeto y el amor no va ligado a cubrir sus necesidades anulando las propias. Esto os permitirá crear una relación saludable y satisfactoria para ambos.